Por: Luis Fernando Montoya
"No hay cosa más fría que un con sejo cuya aplicación sea imposible": Confucio.El actual campeón del fútbol colombiano, el Atlético Júnior, quedó eliminado del octogonal final sin ratificar lo mostrado en la Liga Postobón I, en el que fue ejemplar su comportamiento futbolístico.
El cambio de mentalidad no lo debemos mirar como una amenaza sino como la base de la esperanza, porque de lo contrario no hay progreso. Claro que la falta de voluntad para asumir una actitud positiva hacia el cambio es un mecanismo de defensa de una persona insegura que a menudo se ve a sí misma como la víctima del cambio.
Sólo la persona segura se atreve a ser humilde, porque esta virtud exige que estemos dispuestos a admitir que nos equivocamos.
La ratificación del técnico Diego Umaña para 2011 es un respaldo a un proyecto de trabajo futbolístico y cambio de mentalidad que en su momento dio un título.
Cuando fui campeón con el Once Caldas en 2003, en el siguiente torneo se vivió algo parecido a lo del Júnior en este semestre y lo que le pasa a la mayoría de los equipos de nuestro fútbol luego de conseguir una estrella.
Exceptuando al Atlético Nacional del profesor Óscar Quintabani, que fue campeón en dos torneos seguidos, los altibajos de los campeones llegan en el siguiente semestre.
Varios factores tienen influencia en este bajón juniorista:
Poca ambición: los integrantes del equipo creen que con ganar un torneo doméstico ya es suficiente para hacer historia y muestran su poca ambición para continuar consiguiendo objetivos más grandes. Al Júnior le faltó mentalidad triunfadora.
Cultura: lo vivido por el equipo tiburón no es exclusivo de ellos. Tiene que ver con la cultura que envuelve al jugador colombiano, que es momentáneo, pasajero, fiestero y se gasta en poco tiempo lo que ganó con mucho sacrificio.
Indisciplina: se escuchó de desórdenes personales de algunos jugadores del equipo, que contribuyeron para que su rendimiento disminuyera.
Nivel futbolístico: varios jugadores importantes del plantel no tuvieron un buen nivel futbolístico ni anímico y esto afectó al colectivo.
Ausencia: le hizo mucha falta su líder, Giovanni Hernández, quien contribuyó en el primer semestre con movilidad y goles.
Esta eliminación del equipo barranquillero debe servir a ellos y a los demás conjuntos para trabajar en estrategias preventivas cuando se consiga un título.
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