Por: Vlado Galofre │Twitter: @VladoGalofre
Hace exactamente un año, el 2 de junio del 2010, Junior festejaba la consecución de la sexta estrella, bañado de gloria y con toda su hinchada celebrando en un solo grito: “Campeón, Junior Campeón”.
Ese título que se obtuvo frente a Equidad en el estadio Metropolitano, fue conseguido bajo la dirección técnica de Diego Edison Umaña en 22 partidos -todo un récord- debido a que el torneo no tuvo cuadrangulares, solo se clasificaron 4 equipos a semifinales.
Con el campeonato Umaña quedó para siempre en la historia de Junior y su foto con el equipo campeón fue puesta en el camerino tal cual como él mismo lo soñaba desde que llegó al la dirección técnica. Sin embargo, el mismo Umaña al finalizar el siguiente semestre se tuvo que ir por la puerta trasera al hacer la campaña más pobre en la historia del club. Eran los mismos jugadores y el mismo cuerpo técnico que habían sido campeón meses atrás, pero los problemas de indisciplina en el plantel con jugadores que no brillaban en la cancha pero se destacaban en las rumbas nocturnas de Barranquilla fueron el principal mal de aquel equipo que nunca levantó cabeza.
El grupo no volvió a hacer fuerte, ese segundo semestre del 2010 mostró a un Junior desconocido, y el bajo rendimiento más los escándalos nocturnos encumbrados por el famoso ‘Tírate’ terminaron de quebrar el grupo. A todo eso se le sumó el no poder jugar en el Metropolitano y mudarse al viejo Romelio donde no se pudo ganar un sólo partido.
Muchos fueron los motivos o las excusas por las cuales Junior padeció la llamada Fiebre del Campéon que lo llevó a hacer la deprimiente campaña de un total de 16 puntos.
Con la salida de Diego Umaña y la llegada de Arturo Char a la presidencia de Junior las ilusiones de los hinchas revivieron, Óscar Quintabani en la dirección técnica y una camada de nuevos jugadores -incluyendo grandes figuras- parecían armar el camino hacia nuevas alegrías con un equipo fuerte, que peleara en Copa Libertadores y en la Liga, pero al final no fue ni lo uno ni lo otro.
Podríamos volver a enumerar razones y excusas que hicieron que Junior fracasara por segundo semestre consecutivo: las lesiones, refuerzos que no dieron la talla y que llegaron de Resort a Barranquilla, el desgaste por los viajes internacionales y nacionales para afrontar las dos competencias, las incomprensibles decisiones de Quintabani que nunca mostró un onceno titular con un esquema definido, etc, etc.
En fin, se repitió la misma historia que el anterior semestre, la millonaria inversión realizada por la familia Char tan solo sirvió para que Junior sumara en la Liga 3 puntos más que el semestre anterior. Fueron 19 puntos los conseguidos por Quintabani a diferencia de los 16 conseguidos en el segundo torneo bajo la dirección de Umaña.
En total 35 puntos en dos torneos, una cifra escalofriante que recuerda las campañas realizadas entre el 2006 y 2008 cuando el equipo barranquillero se cansó de perder y fracasar sin conseguir la clasificación durante cinco semestres consecutivos lo que lo puso en zona de descenso.
Curiosamente esos cinco semestres por fuera de las finales sucedieron después del quinto campeonato en el 2004. Cuando Junior saboreó las mieles de la gloria coronándose campeón en Medellín, pero después no volvió a tener un equipo protagonista o animador del FPC. Sin embargo lo que sí tuvo durante ese periodo fueron los escándalos de jugadores envueltos en actos de indisciplina, ídolos que se desvanecieron porque conocieron la noche barranquillera, y terminaron siendo objeto de burlas y reclamos para muchos hinchas que exigíam entrega y mayor compromiso con el equipo.
Los 35 puntos que Junior ha sumado en dos torneos sí son para preocuparse, las decisiones por parte de las directivas deben aparecer para que no ocurra la misma historia. Sabio y verídico es el refrán que dice que “Aquel que no conozca su historia estará condenado a repetirla”.
Por eso lo primero que se debe hacer es definir al nuevo técnico y todo apunta a que este jueves en plena celebración del aniversario de la sexta estrella de Junior, arribe a Barranquilla Jorge Luis Pinto para vincularse a la dirección técnica del equipo.
Pinto es un técnico serio, trabajador, exigente que siempre les pide el 100% a sus jugadores en la cancha. Pinto no se queda sentado un partido entero resguardado en el banco, aunque a veces se pase de efusivo y termine discutiendo con los árbitros o algún integrante del equipo rival.
Por su manera de trabajar, el perfil de Pinto es el adecuado para dirigir a Junior en este momento porque sumar otros 16 ó 19 puntos en el Clausura del 2011 prenderían las alarmas en el equipo, pues en estos momentos se encuentra de octavo en la tabla del descenso y otra mala campaña lo dejaría hundido como en el 2009.
Las esperanzas quedarán puestas en Pinto, para que el santandereano sea el pintor de nuevas sonrisas en los rostros de la hinchada Tiburona, que de fracasos y de escándalos ya está aburrida y anhela con vehemencia la llegada de más victorias y campeonatos.
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