jueves, 15 de septiembre de 2011

JUNIOR, UN EQUIPO EXTRANO Y ENRREDADO



POR: HUGO ILLERA

DIARIO DEPORTES


Desafortunado el partido del Junior ante Nacional (1x1). El equipo rojiblanco apeló al juego individual por encima del colectivo que es la esencia del balompié. La crisis de identidad arrancó con la confección de la zona de defensores por parte del DT Cheché Hernández. Poner a los hermanos Juan David y John Valencia jugando uno al lado del otro, nunca ha resultado. Pasó anoche y pasó ante el Real Cartagena en Magangué. La dupla Andrés Felipe González y John Valencia no funciona. Uno es lento y despojado de toda malicia, el otro es errático y limitado. Ellos estuvieron el día de la goleada 3x0 con el Real Cartagena. Los laterales, Sergio Otálvaro y el menor de los Valencia, se vieron abrumados con el ataque por las bandas de Nacional. Más Valencia que Otálvaro. Tampoco apoyaron ni sacaron al equipo por los costados como acostumbra a hacer César Fawcett, por ejemplo, que el DT Cheché Hernández puso a descansar “por rotación” en un clásico que encierra y significa tantas cosas.

A G10vanni Hernández lo vimos muy retrasado. El éxito de G10 no es retroceder, sino adelantarse, crear y atacar en los últimos 25 metros. Más atrás se pierde. Se supone, como pasó en Valledupar o en Pereira, que los volantes externos (Ruiz y Cortés, anoche) son para juntarse con G10vanni y generar fútbol a través de la tenencia del balón, la explotación de los espacios, la creación y la conexión con Carlos Bacca, rematador a puerta.

Frente a Nacional si bien se buscó, a veces a G10vanni Hernández, hubo demasiada prisa, se corrió mucho y se pensó poco cometiendo un error fundamental para perder partidos: individualizar el juego.

Cada vez que un equipo (como Junior frente a Nacional) opta por la individualidad, por aquella vana ilusión que cada jugador es un “solucionador” de problemas, el problema se vuelve peor. El fútbol ciertamente se basa en las individualidades pero su producción es colectiva.

Además, ese desorden táctico, esa falta de colectividad, demuestra angustia, acelere y pocas ideas. Esa fue la sensación que tuve anoche. Que el plan de vuelo se terminó antes de volar y cada quien quiso tener, en sus propias alas, la solución. Terrible error.

G10vanni retrasado y perdido, Ruiz y Cortés corriendo cada uno por su lado, Bacca angustiado naufragando arriba, la improductividad de los laterales Otálvaro y el “chiquito” de los Valencia, la comida de uñas cada vez que González y el “mayor” de los Valencia intervenían en el juego (tratando de parar a Dorlan Pabón) hicieron expiar los pecados a más de uno.

Por un lado la inseguridad de los zagueros centrales, por otro la improductividad y deficiencia en la marca de los laterales, más allá la falta de producción de fútbol y volumen de ataque derivó en una crisis mayor: en correr y correr, sin pausa, sin colectividad, sin pensar y a lo que saliera para salvar el partido.

Y ciertamente se empató con un cabezazo de Bacca, luego de un tiro de esquina de G10vanni y una “pantalla” de Cortés. Pero fue con pelota quieta, no fue por gestión colectiva.

Este no es el Junior que jugó en Valledupar y Pereira. Este no es la clase de equipo de fútbol que le gusta a los barranquilleros y caribeños en general.

La negación de lo colectivo, la apuesta a la individualidad, la ineficacia de algunos en el intento (González, los dos Valencia y Otálvaro), el alejamiento de G10vanni de su zona de influencia y generación, la separación de Ruiz, Cortés y G10vanni y el aislamiento de Bacca no podía producir nada diferente a un equipo desconocido, acelerado, sin la generación de fútbol, sin volumen de ataque y con todos los problemas defensivos cuando era atacado.

Creo, y sería bueno que Cheché Hernández lo pensara, que, mientras encuentra el funcionamiento ideal, debiera jugar con los que son y en las posiciones que son. Lo del “descanso por rotación” como el caso César Fawcett, debiera postergarlo un poco, mientras encuentra su team work por que este Junior ya ha perdido 5 puntos en casa (3 con el Real Cartagena y 2 más que se dejaron de ganar con Nacional). Y Junior siempre ha basado su éxito en los puntos que gana en casa y, de momento, ha ganado 4 pero ha perdido 5.

No obstante lo anotado, es menester señalar que el punto ganado sirvió para seguir en los primeros lugares. Extrañamente cuando comenzó el partido Junior estaba en la 5ª posición. Después del mismo, con todo y que no ganó, que dejó perder 2 puntos, que solo sumó 1, está en la 3ª posición. Luego de algo nos sirvió el dichoso punto así se hubiera empatado en casa.

Confiemos que solo fue un deficiente partido y que el DT Cheché Hernández, que no es ningún caído del zarzo, haya aprendido la lección.

Que en la vida, Cheché, todos los días aprendemos cosas…

PD: Si el Ringo Amaya hubiera anotado el gol que botó en el instante final o si hubiera dejado pasar el balón que iba hacia Carlos Bacca y este la hubiera metido de media tijera estuviera diciendo todo de la misma manera. O quien sabe, a lo mejor no hubiera escrito nada sobre el funcionamiento del Junior sino sobre la majestuosidad del gol y el Metro enloquecido por una victoria memorable. Pero ya ni modo, es como pensar que Leonel Álvarez vino a ver a John Valencia porque lo necesita como titular y capitán de la Selección Colombia…

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