Rincón Histórico
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Si usted quiere recordar una final emotiva del fútbol colombiano, el antecedente inmediato lo encuentra en el Finalización 2004, con Junior y Nacional. Definición cargada de goles, de las mejores que se han visto en toda la historia.
Todo fue impensado. Desde el mismo arranque de los equipos en el torneo. Junior, dirigido por el argentino Miguel Ángel López, uno de los entrenadores que más veces se sentó en el banquillo de este club (1978, 1988, 1989, 1992, 1998 y 199), se clasificó a los cuadrangulares gracias a su campaña como visitante porque de local, extraño para un equipo que tradicionalmente ha sido fuerte en Barranquilla, perdió cuatro partidos. Fuera de su estadio logró 3 triunfos y 5 empates.
Atlético Nacional venía de ser subcampeón en el primer semestre, cuando perdió el título con el Independiente Medellín, hizo una racha de 9 victorias por dos empates, que le valieron su paso a la instancia semifinal. El técnico Juan José Peláez buscaba una revancha por lo sucedido antes y aunque pasó a la final, sufrió para conseguirlo, debido a que en la cuarta fecha de su cuadrangular perdió con América y antes solo tenía un triunfo (Tolima en Ibagué 2-1) por dos empates sin goles contra Once Caldas y el mismo cuadro americano. Dos victorias seguidas le dieron el tiquete.
El 15 de diciembre del 2004, en el estadio Metropolitano y bajo la dirección de Alberto Duque, se jugó el primer partido de la final. Hora oficial de inicio: 8:15 p.m. Junior no solo respetó su condición de local, sino que jugó un gran partido. Se fue en ventaja con anotación del atacante Leonardo Rojano al minuto 17 de de la etapa inicial. En la segunda parte apareció un derechazo de Haider Palacio y a 10 del epílogo, el zaguero central Roberto Peñalosa cerró lo que parecía una victoria definitiva en la serie (ver ficha).
Remontar un 3 – 0 era misión complicada para Nacional. Si ganaba por cuatro goles de ventaja la estrella era suya. Una diferencia igual a la del juego de ida mandaba la definición del título a lanzamientos desde el punto penalti. El 19 de diciembre se cumplió el partido definitivo. El árbitro escogido fue Óscar Julián Ruiz. La hora oficial del partido era a las 3:30 p.m., pero se retrasó cuatro minutos porque, tal y como lo dice el informe del árbitro, Junior cambió su uniforme. Así lo estimó Ruiz para evitar confusiones porque las tradicionales camisetas de ambos clubes son a rayas.
La ilusión de la fanaticada antioqueña comenzó a crecer con el gol del delantero Edixon Perea a los 18 minutos y después Aquivaldo Mosquera dejaba el marcador 2-0. Martín Arzuaga descontó en el 38. Así concluyó una primera mitad intensa y con el mismo frenesí se jugó el periodo complementario. Nacional puso literalmente contra las cuerdas a su rival. Otro gol de Aquivaldo Mosquera, y dos más conseguidos por Carlos Díaz y Héctor Hurtado dejaban el marcador 5 – 1, con el que Nacional, a falta de 23 minutos para el final, tenía el título en su poder.
Sobre el final del periodo reglamentario el zaguero central argentino Wálter Darío Ribonetto consiguió el segundo tanto para Junior, con el que la serie global quedó igualada a cinco goles y según el reglamento la definición del campeonato se prolongaba a los lanzamientos desde el punto penal.
El único jugador que falló en la tanda fue el volante Juan Carlos Ramírez. Junior convirtió todos sus cobros, el último de Martín Arzuaga, con lo que se llevó la estrella. Nacional fue otra vez subcampeón. Una final de lujo, que siempre se recordará por el espíritu deportivo de los jugadores, de uno y otro equipo, quienes lo dejaron todo en la cancha a favor del espectáculo. Gran demostración que dejó satisfecho al país (ver ficha).
A propósito del partido de vuelta, el 5 – 2 es el resultado más amplio que dejó un partido de final desde la creación de los torneos cortos en el año 2002. Antes de este juego, se recuerda el 4 – 0 con el que Deportivo Cali venció a Once Caldas en la final de 1998.
Jeison Cifuentes Pérez - jcifuentes@futbolete.com / Especial para Dimayor.com
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