por elheraldo.co
Falcao García es un ejemplo digno de imitar. El viernes 31 de agosto marcó tres goles con su equipo en el encuentro por la Supercopa de Europa ante el Chelsea. Al día siguiente festejó este nuevo título con el Atlético de Madrid en la Plaza Neptuno y 24 horas después llegó a Barranquilla para integrarse a la Selección Colombia.
El viernes 7 de septiembre jugó 90 minutos en el calor del Metropolitano y al día siguiente, con sus compañeros, se embarcó en un vuelo chárter hacia Santiago para enfrentar, el martes 11 de septiembre, a Chile. Un día después no tomó el vuelo con destino a Madrid, sino que regresó a Bogotá para estar en el acto de presentación de la alianza entre relojes Hublot y Fútbol con Corazón. Esa misma noche emprendió el retorno a la capital española y ayer jugó 90 minutos en el triunfo del Atlético sobre el Rayo Vallecano y estará a punto para jugar el jueves por la Liga Europa contra el Hapoel, en Tel Aviv. Por algo Falcao está donde está.
La mayoría de los jugadores que actuaron en las dos jornadas de eliminatoria sudamericana también lo hicieron este fin de semana con sus respectivos clubes en Europa, después de largas y extenuantes horas de viaje.
Es por esto que no compartimos la decisión del técnico del Junior, Cheché Hernández, de no llevar a Tunja para el partido de anoche, a los Hernández, Giovanni y Vladimir, con el argumento de que iba a rotar la nómina pensando en el partido de vuelta de la Copa Postobón ante Pasto.
Es demasiado temprano para que Cheché piense en rotaciones cuando apenas van ocho fechas de la Liga Postobón y después de un receso de 15 días por motivo de la eliminatoria.
Es tan dañino el sobreproteccionismo por parte del entrenador como la comodidad de los jugadores, porque ni Giovanni ni Vladimir podían estar más desgastados que Teófilo Gutiérrez y este sí fue a Tunja.
¿Qué tal si estos jugadores tuvieran el trajín de viajes y de partidos que acumula Falcao?
Manuel Ortega P.
Editor Deportes
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