sábado, 5 de junio de 2010

'Junior es la querida de Barranquilla'


De los mil y un nombres recibidos para identificarlo, el que mejor encaja en el machista Caribe colombiano es el otorgado por el fallecido periodista y escritor Álvaro Cepeda Samudio.

El equipo de fútbol profesional de la capital del Atlántico, emblema de toda la región, despierta cualquier tipo de pasión imaginable, aun sin jugar, y, por supuesto, más durante y después de cada partido, independiente del resultado.

Surgió de una idea de 18 niños del barrio San Roque, que el 7 de agosto de 1924, debajo de un puente de la calle 30 con carrera 32 y apoyados por doña Micaela Lavalle de Mejía, madre de tres de los muchachos, crearon el Juventud Infantil, transformado luego en Juventud Junior y, más tarde, en Junior.

Increíble: el fervor por el equipo creció como bola de nieve en el trópico, llenando canchas y estadios, sin duda por los rápidos títulos alcanzados en todas las categorías del fútbol aficionado y se convirtió en pasión con el inicio de la era profesional colombiana en 1948.

Desde entonces, pobre y ricos, sin distingo social, aman y sufren por cada jugada del novato de la cantera o por cada jugada de las figuras que han desfilado, entre ellas los mundialistas brasileños Dida, Garrincha y Paulo César, su compatriota Víctor, el uruguayo Nelson Díaz, los argentinos Juan 'Bruja' Verón y Carlos Babington y los colombianos 'Caimán' Sánchez, Iván Valenciano, Víctor Pacheco, el legendario 'Pibe' Valderrama y ahora Giovanny Hernández.

Por Junior cualquier hecho puede suceder. Como las cerca de 20 mil personas que, sin tratarlo personalmente, asistieron en 1984 al sepelio de su kinesiólogo Fernando 'Orejita' Núñez. O como el corazón roji-blanco (los colores de su camiseta) que desde mitad del siglo pasado tiene el más ilustre de los colombianos de todos los tiempos: Gabriel García Márquez.

Sí, por la pasión que despierta, como dijera el amigo de Gabo, Cepeda Samudio, 'Junior es la querida de Barranquilla'...

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