lunes, 9 de agosto de 2010

Junior se tuvo que conformar con un punto en su visita a Bogotá cuando pudieron ser tres


Millonarios con ganas salvó un punto

Atlético Junior dejó escapar una posibilidad inmejorable de cortar con la sequía perdedora en Bogotá tras dejarse empatar en los últimos minutos por Rafael Robayo. El cuadro barranquillero se adelantó en la primera etapa del partido con anotación del delantero Carlos Bacca. Buen partido en la capital de la república que dejó más dudas en la afición “Albiazul” que en la escuadra “Tiburona”.

Nuevamente el público de Millonarios acompañó en un número aceptable a su equipo. Atlético Junior contó con su fanaticada dispersa y camuflada por diferentes regiones de la gradería, ante la prohibición al ingreso de hinchas visitantes.


La primera anotación del compromiso llegó por intermedio del goleador Carlos Bacca, hombre que fue observado desde la tribuna por algunos empresarios que se lo quieren llevar a clubes de renombre internacional.


El hombre con la dorsal 20 recibió sin marca alguna un balón al borde del área “Embajadora”, se buscó paso hacia portería y de implacable derechazo clavó la esférica en el ángulo superior derecho defendido por Obelar. ¡Golazo¡ en el Campín que demostró una vez más la categoría del juniorista rompe redes.


Atlético Junior mostró su jerarquía de campeón de Colombia y comenzó a tocar el balón de costado a costado. Millonarios veía como le dominaban el partido en su primera mitad.


Incluso Obelar salvó algún contragolpe bien ejecutado por los dirigidos por Umaña. El portero se mostró serio y responsable debajo de los tres palos.


La segunda parte cambió sustancialmente. Millonarios se montó en el partido por intermedio del amor propio de su insignia, Rafael Robayo. Carente de talento, pero si con mucha pasión, el volante comenzó a cambiarle la cara a sus compañeros, quienes a su vez se contagiaron de dicha actitud.

Arrechea en esta oportunidad lució intrascendente de cara a portería rival y por el contrario, en varias oportunidades entorpeció la fluidez del ataque azul.


Cuando todo parecía dominado por el buen equipo barranquillero, que no llegó a Bogotá a esconderse, ni mucho menos; apareció el alma y el corazón de Rafael Robayo para desencadenar el delirio de la hinchada capitalina. El volante, ayudado por una mano evidente que el juez central no vio, marcó el empate tras un remate fuerte al poste del guardameta.


Con este resultado Millonarios alcanzó las cuatro unidades en tres presentaciones, mientras Junior sumó cinco puntos en cuatro partidos. La próxima salida para los “Embajadores” será en territorio cucuteño ante el emotivo cuadro “Motilón”. Junior de Barranquilla recibirá a Atlético Nacional, en el que será el partido de la fecha.

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