lunes, 19 de julio de 2010

¿Conviene jugar en Cartagena?


Por Rafael Castillo Vizcaíno

Junior jugaba en Cartagena como local, pero sus integrantes se sentían de visitante. El estado de la cancha del estadio Jaime Morón se encontraba en pésimas condiciones y dificultaba la conducción limpia del balón.

Poner un pase a ras de grama y preciso requería de técnica y suerte. Si se contaba con la fortuna de no encontrar un morrito o un desnivel, la asistencia llegaba a su destino.

Los baches del terreno de juego modificaban la dirección del esférico o lo frenaban.

“Realmente nosotros no somos locales acá, nuestra casa es el Metropolitano”, dijo Diego Umaña al final del partido.

Junior venció al Pereira con claridad y merecimiento (2-1), pero le costó adaptarse a la cancha.

El escenario de los cartageneros, sin ser el Camp Nou de Barcelona, se encontraba en mejores condiciones en el anterior torneo.

En la tribuna tampoco se transmitió demasiado la ‘localía’. Apenas asistieron 1.498 personas, según datos oficiales del Junior. Se esperaba mucho más. Ni hablar de los resultados económicos. Sólo $24 millones 225 mil pesos en taquilla.

“Esto es un descalabro económico”, estimó el presidente del club Alejandro Arteta.

En opinión de varios periodistas cartageneros, el ambiente en las gradas resultó frío por la escasa promoción del partido a través de los medios de la capital de Bolívar.

“No hubo una rueda de prensa ni mayor publicidad acá en Cartagena, donde se jugaba el partido. Acá hay bastante afición del Junior y se podrían registrar buenas entradas si existe una buena promoción”, afirmó Campo Elías Terán, popular periodista de RCN.

Apenas se disputó el primer partido en Cartagena, pero ya se debate si es conveniente para el Junior deportiva y financieramente, seguir allá. La directiva de los Tiburones estudiará el caso y posibilidades.

Pensar de nuevo en el estadio Romelio Martínez tampoco parece solución. El vetusto escenario es el epicentro de conciertos y toda clase de eventos que maltratan su cancha. Se descartó porque sus graderías laterales no están en condiciones de acoger público, por el mal estado de la cancha, por la ausencia de parqueadero y por cuestiones de seguridad.

Se utiliza en la Copa Postobón y en la Primera B porque en esos partidos no existe presencia masiva de público.

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