lunes, 24 de mayo de 2010

En el deporte, Junior es la ‘piel’ de la Costa


En Riohacha decenas de seguidores del equipo se reunieron a observar el partido.
Junior es el referente limítrofe entre la Región Caribe y el interior del país, pues se dice que un verdadero costeño o caribeño luce sus colores rojo y blanco como su propia piel.

Esa característica la ratifica cada pueblo de la Costa siempre que sea necesario. La pasión por el Junior de Barranquilla invade cada rincón, tal como sucede en Sincelejo y sus alrededores, donde la gente sale emocionada a comprar los atuendos alusivos al equipo.

Carlos Adán Martínez, un pequeño comerciante que vive de alquilar sillas plásticas, se ha constituido en uno de los más fervientes fanático tiburón en esta ciudad, por eso, el 90% de su ropa tiene motivos junioristas.

Ayer, esa connotación fue más intensa, en cada esquina había una venta de uniformes rojiblancos que adquirieron, hombres, mujeres, niños, en fin, todo el que quería reiterar el sentido de pertenencia hacia el equipo barranquillero.
Santiago Gómez, quien se dedica al mototaxismo, asegura que cuando va a jugar el junior a todo costeño se le acelera el corazón y “por mucho que haya sol no lo siento porque voy protegido con la camiseta de ¡tu papá!”.

Aunque ayer el Atlético de la Sabana, el onceno sincelejano en el futbol profesional de la B, enfrentaba como local ante el Bucaramanga los fanáticos fueron apoyar a su equipo, pero vestidos con los colores junioristas.

“La tradición es tradición y el Junior de Barraquilla es el equipo de toda la Costa desde hace varias décadas, por eso, no es fácil arrancarnos esa pasión fácilmente” dice Humberto Pacheco, un furibundo seguidor del equipo.

La fiebre juniorista también se vivió ayer con intensidad en Riohacha, donde existe una amplia fanatica del onceno. Sancocho de mondongo y cerveza fueron los acompañantes perfectos de un grupo que se reunió en un estadero tradicional en la esquina de la calle 12 con carrera 8, que luce los escudos de diferentes equipos nacionales, pero enarbola la bandera del Junior.

En Cartagena y Santa Marta, la expectativa era similar. En estas ciudades fanáticos que, sin dejar de querer a los equipos de casa, reconocieron que deliran por los tiburones y que están haciendo toda la fuerza para que el combinado alcance la anhelada estrella.

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